Los papás de Nahuel, de 18 días, llegaron a la Comisaría 42º con su pequeño en brazos: no respiraba. Desde ese momento, el bebé fue prioridad para la guardia de esa dependencia policial que inició tareas de reanimación y logró regularizar su estado.
El hecho ocurrió este miércoles a la noche, justo cuando un corte de energía eléctrica, afectaba a toda la ciudad lacustre.
La familia cenó en su vivienda del barrio Dos de Abril y se preparaba para ir a dormir. Tras ser amamantado, el niño fue colocado en la cuna aunque minutos más tarde su papá fue a verlo y se dio cuenta de que se estaba ahogando.
A bordo de un vehículo particular, la familia emprendió un fugaz trayecto hacia el Hospital Zonal pero al ver la gravedad del cuadro, decidió pedir auxilio en la Comisaría 42º, ubicada en el ingreso al mismo barrio.
De inmediato los efectivos policiales que estaban en la guardia recibieron al pequeño, lo colocaron sobre un escritorio e iniciaron las maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP).
Tras varios minutos, lograron reestablecer al bebé que comenzó a respirar con normalidad. Mientras tanto, otros efectivos de la misma guardia habían convocado a una ambulancia que arribó minutos más tarde para trasladarlo junto a sus papás al nosocomio local. Un bombero arribó en su vehículo particular a la guardia de la unidad policial para colaborar con la tarea policial.
El niño ingresó a la guardia del nosocomio local y fue sometido a distintos estudios, para evaluar su estado de salud. Sus papás confiaron que entre este jueves y mañana viernes será dado de alta, aunque afirmaron que su estado de salud es bueno.
“Los policías le salvaron la vida. Estábamos con mucho miedo, no sabíamos qué hacer y el accionar de los empleados policiales fue perfecto” dijo el papá.